La química de la seducción.
Es cierto que los atributos físicos, intelectuales e incluso sociales de cada individuo pueden jugar a su favor o en su contra a la hora de buscar la pareja adecuada, sin embargo existen sustancias químicas llamadas feromonas que son un factor crucial para determinar que tan atractiva resulta cada persona ante los demás.
Las feromonas son sustancias químicas secretadas por todas las especies del reino animal; entre sus principales funciones se encuentran: comunicar el grado de salud, reflejar los estados de ánimo y promover la atracción sexual.
A pesar de ser captadas por medio de la nariz, no poseen ninguna clase de aroma, por lo que su procesamiento es a través de una reacción química a nivel cerebral.
En el ser humano, la producción de feromonas encuentra su tope más alto entre los 20-25 años, a partir de entonces comienza a descender de manera lenta y progresiva (al igual que van descendiendo los niveles de fertilidad).
El sofisticado mecanismo de las feromonas trabaja para emparejar a cada persona con otra que posea características genéticas recesivas (distintas o complementarias), con fines reproductivos, asegurando así que cada nuevo individuo esté dotado con una amplia variedad genética, permitiéndole una mayor probabilidad de supervivencia.
Así que la existencia de la famosa "química" entre las personas resulta ser literal, con estos antecedentes no es difícil entender la existencia parejas disfuncionales que a pesar de mantener una relación destructiva, continúan juntos por largos periodos de tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario