ECOLOGÍA Y RECICLAJE.

UNA CASA MÁS ECOLÓGICA ES TAMBIÉN UNA CASA MÁS ECONÓMICA.

Contribuir a mejorar la calidad de nuestro ambiente no requiere de mucho tiempo o esfuerzo, es cuestión de adoptar pequeños habitos de manera gradual y procurar que estos hábitos se extiendan a nuestros familiares y amigos.

AHORRO DE GAS EN EL HOGAR.

Los calentadores de agua automáticos son los mayores responsables del desperdicio de gas en casa, ya que están programados para encenderse de manera sistemática durante todo el día, aún cuando no se requiera agua caliente por horas.

Dichos calentadores suelen activarse en periodos que van de los 45 min a 1 hora dependiendo del modelo, es decir que podrían estar funcionando alrededor de 24 a 32 veces por día.

Mantener el calentador en piloto automático evita un desperdicio excesivo de gas, obviamente implica el pequeño esfuerzo de despertar unos 20 o 30 min antes por las mañanas, para encender el calentador.

Si las actividades diarias lo permiten, y el tinaco de agua se encuentra en un lugar expuesto al sol, la mejor opción es tomar la ducha a media tarde, sobre todo en primavera y verano, ya que los rayos solares actuarían como un calentador natural (el mismo principio que utilizan los calentadores solares).

Dentro de la cocina también podemos realizar acciones para ahorrar gas, por ejemplo: para hervir leguminosas como el frijol (que requieren largos periodos de cocción), es aconsejable remojarlos en agua durante toda la noche anterior, de esta manera se cocinan en una fracción del tiempo acostumbrado.

AHORRO DE AGUA EN EL HOGAR.

La mayoría de los retretes en las casas no poseen un sistema de descarga para el ahorro de agua, por lo que podemos introducir algún envase de pet (las botellas de plástico del agua, jugos o refrescos) previamente llena con algún material pesado como piedras o tierra.

Esta botella de pet (capacidad aprox. de 1 Lt) se debe introducir en el tanque o depósito de agua del baño, en una de las esquinas donde no interfiera con el mecanismo de bombeo de agua.

En la cocina se puede reutilizar el agua de cocción de pastas y verduras para remojar los trastes sucios en una cubeta, de tal manera los residuos de alimentos se despegan mejor con el agua caliente, utilizamos menos jabón para lavarlos y por lo tanto menos agua para enjuagar los restos del detergente.

Otra buena idea es reciclar el agua de la lavadora, en lugar de vertirla en el drenaje.